La violencia en el ámbito sanitario es un problema que afecta a la salud y la seguridad de los profesionales y que repercute negativamente en la calidad de la atención sanitaria. Según el Observatorio Nacional de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), las agresiones a médicos en España crecieron un 38% en 2022 con respecto al año anterior, alcanzando la cifra récord de 843 casos denunciados. Desde 2010, se han registrado más de 6.000 agresiones a médicos en nuestro país.
¿Qué tipo de agresiones sufren los médicos? ¿Quiénes son los agresores? ¿Qué factores influyen en este fenómeno? ¿Qué consecuencias tiene para los profesionales y para el sistema sanitario? ¿Qué medidas se pueden tomar para prevenir y reducir las agresiones? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en este artículo.
Tipos de agresiones
Las agresiones que sufren los médicos pueden ser de distintos tipos: verbales, físicas, psicológicas o patrimoniales. Las más frecuentes son las verbales, que suponen el 80% de los casos, seguidas de las amenazas, que representan el 13%. Las agresiones físicas suponen el 5% y las psicológicas el 2%. Las agresiones patrimoniales, como daños al vehículo o al material sanitario, son las menos habituales.
Las agresiones verbales pueden consistir en insultos, gritos, descalificaciones o faltas de respeto. Las amenazas pueden ser explícitas o implícitas, y pueden ir dirigidas al profesional, a su familia o a su entorno laboral. Las agresiones físicas pueden implicar golpes, empujones, arañazos, mordiscos o agresiones con objetos. Las agresiones psicológicas pueden provocar estrés, ansiedad, depresión, miedo o baja autoestima.
Los agresores
Los principales agresores son los pacientes, que protagonizan el 67% de las agresiones, seguidos de los familiares o acompañantes, que suponen el 31%. Los compañeros de trabajo o los superiores jerárquicos son los responsables del 2% restante. En cuanto al sexo de los agresores, el 55% son hombres y el 45% son mujeres.
Los factores que influyen
Los factores que influyen en las agresiones hacia los médicos son diversos y complejos. Algunos de ellos son:
- La situación del sistema sanitario: la precariedad, la falta de recursos, los recortes presupuestarios, la saturación asistencial o las listas de espera generan insatisfacción y frustración tanto en los profesionales como en los usuarios.
- La relación médico-paciente: la pérdida del respeto y la confianza hacia el médico, la falta de comunicación o empatía, las expectativas no cumplidas o las discrepancias sobre el diagnóstico o el tratamiento pueden provocar conflictos o malentendidos.
- El perfil del paciente: algunos pacientes pueden presentar trastornos mentales, consumo de alcohol o drogas, personalidad violenta o impulsiva, baja tolerancia a la frustración o falta de educación o civismo.
- El entorno laboral: algunos escenarios asistenciales pueden favorecer las situaciones de riesgo, como las urgencias, la atención primaria, la salud mental o la medicina forense. Además, algunos factores organizativos como la falta de apoyo institucional, la inseguridad jurídica o la ausencia de protocolos pueden aumentar la vulnerabilidad de los profesionales.
Las consecuencias
Las consecuencias de las agresiones hacia los médicos son graves y variadas. A nivel individual, pueden afectar a la salud física y mental del profesional, causando lesiones, estrés postraumático, ansiedad, depresión, miedo, baja autoestima o pérdida de motivación. A nivel profesional, pueden afectar al rendimiento laboral, la calidad asistencial, el clima laboral o la reputación del centro sanitario. Además, las agresiones pueden generar un efecto de contagio en otros profesionales, aumentar el absentismo laboral o provocar el abandono de la profesión. A nivel social, las agresiones pueden generar desconfianza y malestar en la población, dañar la imagen de la profesión médica y generar un clima de violencia y conflictividad en la sociedad.
Las medidas preventivas y de protección
Para prevenir y reducir las agresiones hacia los médicos, es necesario adoptar medidas preventivas y de protección en diferentes ámbitos:
Sensibilización y formación: es importante sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del problema y fomentar el respeto y la empatía hacia los profesionales sanitarios. Además, es necesario ofrecer formación específica en habilidades comunicativas, gestión del conflicto, técnicas de autodefensa o prevención del estrés.
Políticas de seguridad: las instituciones sanitarias deben implantar medidas de seguridad para proteger a los profesionales, como la instalación de cámaras de vigilancia, el control de accesos, el refuerzo de la seguridad privada o la elaboración de protocolos de actuación en situaciones de riesgo.
Refuerzo de la atención primaria: fortalecer la atención primaria puede reducir la presión asistencial en los hospitales y mejorar la atención a los pacientes, reduciendo la frustración y la insatisfacción de los usuarios y los profesionales.
Mejora de las condiciones laborales: es necesario mejorar las condiciones laborales de los profesionales sanitarios, dotándoles de recursos y medios adecuados, garantizando su seguridad laboral y respetando sus derechos laborales y retributivos.
Actuación legal: es necesario aplicar con contundencia las sanciones penales y administrativas previstas por la ley para los agresores y garantizar una protección efectiva a los profesionales.
En definitiva, la agresividad hacia los médicos es un fenómeno grave y preocupante que afecta a la salud y la seguridad de los profesionales sanitarios y que repercute negativamente en la calidad de la atención sanitaria. Para prevenir y reducir las agresiones, es necesario adoptar medidas preventivas y de protección en diferentes ámbitos, así como sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del respeto y la empatía hacia los profesionales sanitarios.
Por Dr Pablo Odeley Puente Fumero
Kommentare